El jueves 26 de junio, al mediodía, en la sede de la comunidad san Pedro Apóstol, de Ottumwa, Iowa, se tuvo un encuentro de preparación catequética para la iniciación cristiana y el matrimonio.

Se explicó acerca de cuestiones que se tenían sobre el sentido del Purgatorio y de otros temas, que en la ortodoxia reflejan la mentalidad de la Iglesia Apostólica Primitiva.

Sin embargo, el centro del diálogo fue el complementar la catequesis para la iniciación cristiana y el matrimonio, para los hermanos que accederían a esos sacramentos.

Las celebraciones litúrgicas dieron inicio en el templo San Pedro Apóstol de Ottumwa, con la administración del sacramento de la reconciliación, después de haber animado a confesarse pecadores y arrepentirse con sinceridad.

Durante la homilía, el arzobispo explicó el sentido que implica el cumplir con siceridad e integridad la voluntad de Dios.

La razón inmediata de las celebraciones, fue administrar los sacramentos de la iniciación a la hermana Carmen, recién integrada a nuestra Iglesia y quien el sábado contraerá matrimonio.

Se explicó el sentido de los sacramentos de la iniciación cristianay él compromiso que se asume y, el arzobispo procedió a administrarlos.

Las celebraciones culminaron con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y contó con la participación devota de todos los asistentes.

La hermana Carmen, que había sido bautizada y crismada, hizo también la primera comunión, para culminar el proceso de iniciación cristiana, como se administraba desde los tiempos más antiguos.

El viernes 28 de junio, por la tarde, en la comunidad San Pedro Apóstol de Ottumwa, Iowa, se tuvo un breve encuentro con servidores sobre la liturgia.

Se explicó la importancia que utilizar la Iglesia en Marcha. También de la participación activa de todos los fieles que "concelebran", como presencia viva de la Iglesia. Igualmente, de la urgencia de que diáconos canten los cánones.

Seguidamente, comenzaron las celebraciones litúrgicas. El arzobispo comenzó la celebración exhortando al arrepentimiento y a la conversión, como preparación a la administración de la reconciliación.

Durante la homilía, se explicó acerca del amor infino del Señor, con ocasión de la fiesta del Sagrado Corazón y de la urgencia de buscar a las ovejas perdidas, como los ha hecho el Señor.

Varias madres de la comunidad se encuentran esperando el nacimiento de sus hijos y otras han dado a luz recientemente. Entre las participantes, había dos madres que esperan el nacimiento de sus hijos y una que ha dado a luz recientemente.

El Señor bendijo a Juana, que ha dado a luz recientemente, al igual que a su hija Iris y a la recien nacida Candelaria, que recibirá la iniciación cristiana el domingo.

Magdalena, esposa de Diego y Marta, esposa de Mario, esperan en los próximos meses el nacimiento de sus hijos, por lo que el arzobispo oró por ellas y sus familias y les bendijo.

La celebración culminó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo.

Los ministros de la comunión, ejerciendo su ministerio diaconal, y su sacerdocio bautismal, fueron los encargados de cantar los cánones durante la anáfora, como debe hacerse de ordinario.

El sábado 28 de junio, en la comunidad San Pedro Apóstol de Ottumwa, Iowa, se reunió el pueblo de Dios para participar en la celebración de la fiesta del Inmaculado Corazón de María.

Se comenzó con la invitación a reconocerse pecadores y al arrepentimiento y, seguidamente, se administró el sacramento de la reconciliación a los participantes.

Durante la homilía, el arzobispo presentó la actitud de la Virgen María y, en general de la Sagrada Familia, como el modelo de entrega al Señor y de seguimiento.

Por lo mismo, se invitó a los hermanos a entrar en oración, para implorar del Señor la gracia de someterse radicalmente al cumplimiento de su voluntad.

Después de largo tiempo de preparación, se celebró el matrimonio entre Miguel Ángel y Carmen, quien había sido admitida en la Iglesia y recibido los sacramentos de la iniciación cristiana el jueves 26.

El arzobispo explicó cuál es el sentido de la unidad matrimonial y cómo el vaciarse de sí mismos es la base para que el sacramento del matrimonio sea operante.

Las celebraciones encontraron su momento de culminación con la celebración de la divina liturgia, en la que el pueblo de Dios participó con devoción.

También se contó con la participación de un delegado de la comunidad de Omaha, a donde el arzobispo no pudo llegar por la situación que vive la comunidad, para enviarles el viático y los libros con las lecturas bíblicas.

El domingo 29 de junio, al final de la mañana, comenzaron las celebraciones por el aniversario de la comunidad San Pedro Apóstol de Ottumwa, Iowa.

Se comenzó invitando al arrepentimiento y se administró el sacramento de la reconciliación.

Durante la homilía, se explicó cuál es el sentido de la solemnidad de San Pedro y San Pablo y cómo estamos llamados a vivir la apostolicidad de la Iglesia.

Miguel y Juana, presentaron a su segund hija, para que, después de haber sido preparados esmeradamente, pudiera recibir los sacramentos de la iniciación cristiana.

El arzobispo explicó el sentido de la celebración y administró los sacramentos a Candelaria.

Dos miembros activos de la comunidad, Miguel Ángel y Roberta, después de haberlo pensado seriamente, durante largo tiempo, se presentaron para unir sus vida por el sacramento del matrimonio.

El arzobispo explicó el sentido de la celebración y animó a los padres a ser continuamente, testimonio para sus hijas.

Después de dos años de formación durante las visitas del arzobispo a la comunidad local, se administró la orden menor del lectorado al hermano Diego César Tojín.

El arzobispo enfatizó que esto no deber ser más que un recordatorio de que todos, por el bautismo, hemos sigo hechos pueblo sacerdotal y que es una forma de ejercer el sacerdocio bautismal.

El primer servicio de la comunidad culminó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y contó con la activa participación de todo el pueblo de Dios.

Fueron muy numerosos los que acudieron a comulgar con los divinos misterios.