El domingo 13 de julio por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad Santa María de Guadalupe, para realizar la visita pastoral mensual a la comunidad.

Se inició con formación para los hermanos, acerca del sentido del demonioy del mal.

Las celebraciones litúrgicas dieron inicio con la invitación a reconocerse pecadores, al arrepentimiento y a la conversión, para recibir el perdón de los pecados.

Seguidamente, el arzobispo invocó el Espíritu Santo y administró la absolución.

Durante la homlía, el arzobispo explicó el sentido que tiene la cercanía de Dios, como presencia interior y el reconocimiento del prójimo, como fruto del estar transformados en el Espíritu Santo.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a dar gracias por la infinita bondad del Señor y a implorar la posibilidad de responderle con fidelidad.

Se bendijo a la señorita Daysee para que fuera acólito dentro de la comunidad. Ella, mostró su deseo y disponibilidad para ejercer ese ministerio.

Su papel será específicamente tocar los abanicos.

Se presentó la familia de Basilio y Alondra, que recientemente se ha trasladado al áre de Riverside, para ser incorporada dentro de la comunidad.

El arzobispo los bendijo y toda la comunidad le dio la bienvenida.

Tomás, uno de los servidores jóvenes de la comunidad, pidió al arzobispo ser ungido con el óleo santo, por haber padecido una serie de quebrantos de salud.

Después de orar por él, se le ungió con el óleo santo.

La visita culminó con la celebración de la divina liturgia, en la que numerosos hermanos participaron activamente en los divinos ministerios itúrgicos.

La liturgia fue presidida por el arzobispo.

El martes por la noche, en la sede de la parroquia San Miguel Arcángel, ubicada en East Rancho Domínguez, se tuvo una serie de actividades para el Consejo Pastoral de la Parroquia.

Se inició con la invitación al arrepentimiento y la conversión se se administró el sacramento de la reconciliación.

Durante la homilía el arzobispo subrayó acerca de la importancia de ser capaces de discernir los signos de la presencia de Dios en la vida, para reconocerlo y cumplir la misión que ha confiado.

También se oró por los bienhechores de la parroquia, que han sido muy generosos, a pesar de los tiempos difíciles que se atraviesan.

Seguidamente, se celebró la divina liturgia, ofreciéndola por las necesidades de la parroquia y por todos los que ayudar a su mantenimiento a lo largo de todo el mes.

El arzobispo presidió, concelebró el Padre Jorge y los fieles ejercieron diferentes ministerios.

Se concluyó con la reunión del Consejo Pastoral que, en esta ocasión, contó con la participación numerosa de hermanos que están comprometidos en la vida de la parroquia.

Se dialogó sobre la identidad concreta de la parroquia y la importancia se profundizar y mentenerse fieles a esa identidad.

El jueves 17 de julio, llegó el arzobispo hasta la ciudad de Oakland, para realizar la visita pastoral de la comunidad que existe en esa ciudad desde hace varios años.

Le recibieron los hermanos José y René, e inmediatamente se dieron al trabajo, yendo a visitar hogares, dialogando con los hermanos y bendiciendo a las familias y a los hogares.

El mismo día, por la tarde, en la sede de la comunidad, se tuvo un encuentro con los fieles que puedieron participar en las actividades, debido a la situación de trabajo de muchos de los hermanos.

Lo primero que se hizo fue escuchar el punto de vista de muchos de los hermanos, para detectar la situación concreta en la que se encontraba la comunidad.

Seguidamente, el arzobispo hizo un análisis de las perspectivas que surgían, después de escuchar los planteamientos de los hermanos.

Les recomendó vivamente la perseverancia, que se intensifique el espíritu de oración y ayuno, especialmente entre los servidores y líderes y que se persevere en la organización de los grupos dentro de la comunidad.

El arzobispo también les recomendó que su visita se haga, por lo menos dos veces al año, para que se pueda tener más crecimiento y continuidad.

Las actividades litúrgicas comenzaron con la administración del sacramento de la reconciliación, después de haber invitado al arrepentimiento y a confesarse pecadores.

Durante la homilía, el arzobispo enfatizó que el Señor escoge a los últimos para realizar sus grandes obras, con tal que se tenga la confianza total en Dios.

Con ocasión de la visita del arzobispo, los hermanos prepararon a dos niños para que pudieran hacer la primera reconciliación y la comunión solemne.

Se trata de Blanca Edwin. El arzobispo les explicó el sentido de la ceremonia, oró por ellos y los bendijo.

Dentro del proceso de organización de la comunidad, se han elegido a dos predicadores y a dos ministros para la distribución de la sagrada comunión.

El arzobispo les explicó sus compromisos y los bendijo.

Los ministros son Pascua y Apolinario. Los predicadores son René y Giovanni.

La visita tuvo su momento culminante y su conclusión con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y en la que, a pesar de las dificultades, los hermanos tratan de participar de la mejor manera.

A media noche, el arzobispo siguió el viaje para visitar las Comunidad del Centro Pastoral de Auburn/Opelika en Alabama, que tendrá su aniversario el presente fin de semana.

El viernes 18 de julio, el arzobispo llegó hasta Birmingham, Alabama, de donde manejó hasta Gadsden, para comenzar la visita pastoral del centro pastoral de Auburn/Opelika.

El sábado 19, llegó hasta el salón en el que se encontraban reunidos los hermanos en Opelika. Se comenzó invitando a los delegados de otras comunidades a presentar un saludo.

Seguidamente, el arzobispo hizo una primera reflexión acerca del momento particular que se está viviendo en Estados Unidos, presentándolo como tiempo de conversión y de gracias.

Luego explicó el sentido que tiene la centralidad del Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, como medio para recibir la unción del Espíritu y la renovación personal.

A la luz de la meditación, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración, para implorar la gracia de poder ser renovados por medio de la Palabra hecha carne, que da la vida eterna.

Los hermanos oraron con mucha intensidad y provecho.

Seguidamente, el arzobispo invitó a los hermanos que se sintieran llamados a compartir su testimonio acerca de lo que el Señor les había iluminado a través de la meditación.

Fueron numerosos los hermaos que participaron en este momento especial de gracia.

Las celebraciones litúrgicas iniciaron con la invitación a la reconciliación con el Señor, reconociéndose pecadores y expresando la disponibilidad a la conversión.

Durante la homilía, el arzobispo, a la luz de las lecturas explicó que el aniversario es un momento de llegada, pero también de partida, para una vida de mayor compromiso.

Fueron preparados cuatro niños para que se les administraran los sacramentos de la iniciación cristiana.

El arzobispo recordó a sus padres y padrinos los compromisos que se asumen, para que la semilla de Dios crezca y dé frutos.

También fue presentado el niño Domingo Eliseo, originario de La Hacienda, Cunén, para hacer la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo recordó las bendiciones que se reciben y exhortó a abrirse para experimentar todos los dones que el Señor da a quienes ponen en Él su confianza.

La participación del arzobispo culminó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por él.

Por la noche, los hermanos tendrían otro servicio, animado por el hermano Luis de Tuscaloosa y los miembros de la Comunidad Divino Redentor de Tuscaloosa.